La Unión Europea tiene un objetivo claro: Reducir al máximo posible su huella de carbón para 2030. Para ello, lleva varios años creando políticas y regulaciones que favorecen el medio ambiente y limitan la contaminación de los distintos sectores que la conforman. La PPWR es una de esas propuestas que forma parte de este “Green Deal”.
En este artículo os explicamos qué es, qué estudios existen respecto a esta propuesta y qué hay que tener en cuenta para estos próximos años si se aprueba.
¿Qué es la PPWR?
PPWR responde a las siglas de Packaging and Packaging Waste Regulation. Se trata de la propuesta del reglamento de Envases y Residuos de Envases que pretende aplicar la Unión Europea. La fecha de votación fue el pasado 2 de octubre de 2023. Cabe recordar que la propuesta se presentó formalmente ante el Parlamento Europeo el 30 de noviembre del 2022.
Los objetivos principales de esta propuesta son:
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Armonizar regulaciones en la UE para fomentar la economía circular
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Reducir residuos
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Mejorar el reciclaje
También aborda la creciente preocupación ambiental causada por el exceso de envases y la baja tasa de reciclaje. Se alinea con el Pacto Verde Europeo y otras políticas ambientales y comerciales de la UE.
La Dirección General del Medio Ambiente, autor de dicha propuesta, destaca que los envases representan uno de los mayores consumidores de materiales vírgenes en la UE. Aproximadamente el 40% de los plásticos y el 50% del papel utilizados en la UE se destinan a envases. Este proyecto de reglamento persigue el deseo de que todos los envases sean reutilizables o reciclables de una manera económicamente viable para el año 2030.
Novedades sobre la PPWR
24 de octubre de 2023: La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo (ENVI) dio luz verde a la propuesta del nuevo reglamento sobre envases y residuos de envases, que establece requisitos para todas las etapas de vida de los envases, desde la producción hasta la disposición final. El propósito principal de esta normativa es facilitar la reutilización y el reciclaje de los envases, reducir la cantidad de envases y residuos innecesarios, y promover el uso de materiales reciclados. Las medidas más destacadas son las siguientes:
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La prohibición de la venta de bolsas de plástico extremadamente livianas (menos de 15 micras), excepto en casos necesarios por razones de higiene o cuando se utilicen como envases primarios para alimentos a granel.
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Reducción de residuos para los envases de plástico (10% en 2030, 15% en 2035 y 20% en 2040). Otra propuesta relevante surge en relación a los envases de plástico y la obligatoriedad de que contengan porcentajes mínimos de contenido reciclado, con objetivos específicos para 2030 y 2040, dependiendo del tipo de envase.
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Para finales de 2025, la Comisión Europea deberá evaluar la viabilidad de proponer objetivos y criterios de sostenibilidad para el plástico de origen biológico, considerado un recurso clave para la transición hacia una economía del plástico más sostenible.
Los inconvenientes de la PPWR
Un nuevo estudio llevado a cabo por el CEPI (European association representing the paper industry) y otras asociaciones cómo la ECMA, EPPA, FEFCO o Pro Carton han conseguido arrojar datos importantes que cambian la manera de ver esta propuesta hasta ahora.
Para llevar a cabo esta investigación se han tenido en cuenta dos casos de estudio:
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Uno sobre el análisis del impacto en el cambio de envases al sector de la comida a domicilio en Bélgica.
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Otro basado en las ventas del comercio electrónico en Alemania.
Este informe analiza el impacto que tendrán en 2030 las alternativas que propone la PPWR contra los envases que se utilizan hoy en día en cada industria. Las conclusiones generales del estudio han sido 4:
1. Las soluciones reutilizables producen mayores emisiones de CO2.
2. Las nuevas soluciones propuestas implican un mayor coste para el fabricante y, por ende, al consumidor.
3. El transporte es el principal causante de las emisiones y del aumento en costes.
4. Las opciones reutilizables están fabricadas a partir de combustibles fósiles.
Caso Bélgica: La realidad del cambio de envases en la comida a domicilio
La adopción de estos nuevos sistemas reutilizables en el sector del “Take Away” conllevaría un aumento de los costes de entre un 80 y un 130%, debido a que los envases alternativos incrementarían los costes de transporte y limpieza, los cuales acabarían pagando los consumidores.
Además, los desafíos incluyen la integración de estos sistemas en las operaciones diarias de los empleados y la educación de los consumidores sobre su uso adecuado. Por último, se requeriría almacenamiento y limpieza de los envases, lo que aumentaría el consumo de agua y energía añadiendo entre un 140 y un 160% de emisiones adicionales. Así serían los porcentajes si el cambio se produjese:
Obligaciones para los distribuidores finales del sector alimenticio en 2030
Los distribuidores finales de bebidas frías y calientes deberían de asegurarse que, para el 1 de enero de 2030, el 20% de sus envases fueran de un material reutilizable. Mientras que una vez llegados a 2040, este debería ser del 80%.
Mientras tanto los distribuidores de comida preparada tendrían la obligación de asegurarse de que, en las mismas fechas, sus envases reutilizables fueran del 20% en 2030 y del 40% en 2040.
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Caso Alemania: Aumento significativo de CO2 y costos en el comercio electrónico
En el caso del comercio electrónico en Alemania, la adopción de envases reutilizables aumentaría las emisiones de CO2 en un 10-40% y los costos en un 50-200%. Los altos costos de transporte y logística, junto con la necesidad de infraestructura adicional, son los principales factores que contribuyen al aumento de la huella ambiental y económica.
La implementación de soluciones reutilizables en el comercio electrónico requeriría inversiones significativas en infraestructura y capacidad logística. Existen desafíos como la primera inversión para crear estos materiales, costes adicionales de IT, infraestructuras y formación, éstos ni siquiera han sido valorados para este estudio debido al gran impacto que habría tenido en los datos.
Los costes y las emisiones que podrían conllevar esta propuesta se podrían ver resumidos así:
Obligaciones de los operadores a partir de 2030
Si la PPWR se llevase a cabo, los operadores de comercio electrónico que repartan productos no alimenticios deberían asegurarse de que el 1 de enero de 2030 el 10% de sus envases fueran reutilizables. Una vez llegados a 2040, estarían obligados a que mínimo, la mitad de estos envases, pudieran ser reutilizados al menos 20 veces después de su primer uso.
Otros estudios (ARA y Mark UP Fruta y Verdura 2012)
Un informe realizado por ARA (Altstoff Recycling Austria) afirma que, aunque la fabricación de envases de plástico resulta en mayores emisiones de CO2 (70g CO2/kg de fruta), su impacto positivo en la reducción del desperdicio de alimentos es considerablemente mayor, ya que evita la emisión de 350g CO2/kg de fruta.
Además, eliminar el envase no solo conllevará un mayor desperdicio de alimentos como muchos creen, sino que también afectará la percepción del producto, ya que perderá su marca distintiva y se perderá la referencia del país de origen. El estudio "Mark Up Fruta y Verdura 2012" elaborado por INCPEN (Industry Council for Packaging and the Environment) respalda esta idea, mostrando que solo el 8% de la energía utilizada en la cadena de valor, para suministrar fruta fresca a una persona durante una semana, corresponde al envase primario.
¿Cómo codificar estos envases de forma limpia?
Tanto si esta propuesta en el Parlamento Europeo se aprueba o no, la mejor solución para evitar emitir más polución en la cadena de producción es hacerte con una solución de etiquetado, codificación y marcaje limpia y sostenible.
Todas las soluciones de codificación que presenta UBS utilizan energías renovables para su proceso de fabricación. Además, nuestros equipos consiguen un ahorro de energía en los procesos de etiquetado frente a otras soluciones manuales, consumen menos tinta que otros equipos del mercado y pueden imprimir sobre cajas, por lo que evitan utilizar etiquetas o papel en el proceso de identificar mercancías o productos.
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